AXIOLOGÍA Y AXIODRAMA
PABLO ÁLVAREZ VALCARCE
Grupo de Estudios de Psicodrama de Madrid
Desde finales del siglo XVIII la noción de valor ha emergido progresivamente en la filosofía moderna. Los valores suelen presentarse en parejas de opuestos, según el principio dialógico, y su constitución implica una elección por parte del agente, en un momento determinado de su existencia. Es en la espontaneidad del momento, en la acción espontánea, donde el valor o los valores se hacen perceptibles, sensibles, operativos. Todo rol bien desarrollado se sustenta en un valor positivo puro. Pero esta aparente circunstancialidad de los valores, al realizarse en seres y circunstancias concretas, no nos impide describir por una parte el existente actual y por otra la esencia del valor. El valor, como el rol, es una potencialidad que puede concretarse en un sujeto, en un momento "sui generis".
Por otra parte todo valor es normativo, pues demanda realización según reglas de método concretas. Lo patológico surge no tanto de la acción de la noxa, sino del esfuerzo compensatorio que el organismo realiza para acercarse a una normalidad relativa. Y eso constituye también un valor. El Axiodrama pretende desentrañar los sistemas de valores inherentes al individuo y a los roles que puede jugar en el grupo social, sean estos roles patológicos disfuncionales o roles funcionales de mantenimiento o de tarea, psicogrupales o sociogrupales.
El Director como analista social tiene en cuenta que toda cultura supone una canalización axiológica en la medida en que las conservas culturales se identifican con lo valioso. Los desplazamientos de sentido y la saciedad, determinan en el axiodrama los cambios lentos y mínimos en los valores recibidos como conservas culturales y que se muestran ya poco operativos.
En el axiodrama, es necesario provocar una forma de placer propio en el esfuerzo de experimentar, en el esfuerzo que exige la percepción de un grado pequeño de novedad. Existe una secuencia afectiva natural del gusto, que se desplaza desde la simplicidad relativa hacia la complejidad creciente. En la música podemos observar como ha evolucionado desde el siglo V a. d. C. con los acordes de quinta y cuarta, hasta la actual aceptación de los acordes de séptima y novena.
Una de las leyes axiodramáticas que pueden comprobarse en los trabajos de sociodrama comunitario en los que se confrontan dos culturas diferentes, nos dice que será aquella cultura que posea una más fuerte composición axiológica la que tienda a desplazar y haga cambiar a la cultura de más débil composición axiológica. Esta confrontación de valores, de culturas, de cosmovisiones, inherente a todo proceso de cambio incluido el proceso terapeútico, esta "batalla" donde triunfan y se aunan los componentes axiológicos fuertes y donde se destruyen mutuamente los elementos arbitrarios, significa progreso en general, desarrollo de roles, desarrollo de la personalidad, desarrollo sociogenético y psicogenético.
El axiodrama busca, con el grupo, alejarse del pesimismo general que supone el efecto de las nuevas formas culturales sobre las conservas viejas y conocidas. Busca avalorar esas nuevas formas, ayudando a la cristalización de nuevos valores. El sentimiento de los valores, propio de la especie humana, se adquiere y se consolida en la matriz familiar en sus fases mimética, mitopoyética y lógica. Moreno así como Fromm, Sullivan o Horney llamaron la atención sobre el papel que, en el origen de las neurosis y psicosis, juega el hecho de que el individuo, inmerso en el clima afectivo psicogrupal, no siga siempre los caprichos y la canalización axiológica que trata de imponerse desde lo sociogrupal. Este choque o confrontación de valores supone una gran tensión para el individuo inmerso en un vínculo pseudomutual. La teoría psicodramática propone un modelo vincular sano o mutual. Sería aquel vínculo entre roles complementarios bien desarrollados, donde se da cierto nivel de compromiso, intercambio afectivo, y sobre todo la intencionalidad de dejarse influir mutuamente por los valores que el otro representa.
En las técnicas axiodramáticas de conflicto dramático, de integracion grupal o de estructuración sociométrica situacional, prima la búsqueda de la verdadera intencionalidad del sujeto o del grupo en el aquí y ahora. La acción dramática espontánea demanda y exprime unos valores que si son asumidos por los participantes en forma de roles pertinentes, van a facilitar el encuentro, la relación yo-tu, donde los elementos arbitrarios, defensivos, transferenciales, se diluyen hasta desaparecer.
En cada cultura, social, grupal o familiar, los valores se concretan en formas, en hábitos formales que permiten su instrumentación y transmisión. El axiodrama trabaja con esas formas que cada cultura transmite como huella mnemica creando Imágenes internas en sus miembros. La realización en el contexto dramático de esas formas y sus contenidos axiológicos, permite objetivar la fuerza de composición axiológica, confrontarla, eliminar los elementos arbitrarios y transformar los valores existentes creando condiciones tales, en el contexto dramático, que exijan la creacion de nuevos valores. La memoria, el hábito, representan esfuerzos axiológicos de determinados individuos de la especie, que a partir de su realización quedan a disposición de los nuevos individuos que se forman en la especie, a través de mecanismos de resonancia mórfica.
Las formas potenciales se crean por la actividad axiológica y se mantienen por un trabajo constante de rehacimiento y reparación. Las cualidades-esencias, como los tipos, se definen por los caracteres formales. La forma, como la esencia y el tipo, es discernible de la existencia actual. Las formas que se crean en el axiodrama, al poseer un valor, no es ya una pura disposición espacio-temporal, una estructura estereotipada, sino que se trata de una forma-idea. A Moreno no se le escapaba la intención estética de la forma que revela un valor y por eso llega a equiparar la creación estética en la dramatización con su valor ético para protagonista y auditorio. Es por ello que en el axiodrama se da capital importancia a la cualidad dramática como aspecto de la espontaneidad. Es la cualidad dramática, la adecuación al contexto, la creatividad y originalidad, las que dan a una acción espontánea su carácter de forma de fuerte composición axiológica. Para Moreno pues, axiología y espontaneidad son inseparables. El axiodrama nos abre a un nuevo enfoque de los procesos de estructuración sociométricos. Cuando se trabaja con métodos y técnicas axiodramáticas, se tiende a favorecer la expresión de la reciprocidad diádica positiva y negativa, de las atracciones y rechazos. Se sigue el principio de elección natural o de no-indiferencia, ya que si dos elementos son completamente indiferentes el uno con respecto al otro, no puede haber valor alguno. Sin embargo si se toman en cuenta en uno u otro sentido, el valor subyacente a sus actos, aparecerá para uno o para los dos si hay encuentro.
El método axiodramático considera las formas como valores en camino de encarnarse. La creación de nuevas formas y el proceso de llenarlas de contenidos, para después crear otras nuevas, nos hace evidente que las formas hacen sensible el hecho de que los existentes individuales estén sumergidos en una especie de campo axiológico. Los campos morfogenéticos están sumergidos en campos axiológicos. Las formas que emergen en el proceso espontáneo-creador, revelan o hacen observable el campo axiológico. El campo axiológico es diferente de los campos de la física estática. A diferencia de éstos, está polarizado según un "optimun" indefinible cuantitativamente y de controvertida definición cualitativa. Veremos mas adelante las distintas teorías del valor que han propuesto los diferentes filósofos. En cualquier caso, la forma parece desplazarse a lo largo de una dimensión no geométrica, de una línea de perfeccionamiento, donde la continuidad geométrica es reemplazada por la continuidad de sentido y de tema significante. Es por esto que en el axiodrama se hace especial hincapié en la semiología de la imagen visual, en lo icónico como lenguaje significante. Es común a todo el método psicodramático, que al trabajar con la técnica de construcción de imágenes, los cambios vectoriales de dirección sean reemplazados por cambios de sentido; que los puntos de inflexión sean reemplazados por crisis revolucionarias. En el axiodrama, las desviaciones accidentales fuera de la línea axiológica predominante producen efectos de tensión afectiva que obligan a su vez a reformas, retornos a la norma, o a saltos creativos hacia nuevos valores positivos puros. Trabajar axiodramáticamente supone que los fenómenos considerados reciban un valor de circunstancia por reflejo de los individuos que los participan, es decir que los fenómenos se sumerjan en un campo axiológico y sufran modificaciones significativas según los órdenes de valor proyectados sobre ellos. Una forma valiosa puede salir del campo axiológico y volver a su materia bruta al desaparecer como forma. Mientras permanece en el campo axiológico, tiende a perfeccionarse o al menos a mantenerse como forma. El Director de axiodrama deberá crear campos axiológicos donde las formas tiendan a desarrollarse hacia una mayor fuerza de composición, hacia una estructuración mas armónica e integrada.
El hombre busca un valor haciendo un esfuerzo para no desbarrar. Cuando se desbarra se produce una desnudez estética de las formas. Cuando se busca un valor, se está buscando la tranquilidad y la belleza. La destrucción de lo creado es el valor negativo por excelencia. Los valores negativos están mantenidos por los valores positivos complejos que entrañan, por su ausencia accidental, lo que constituye el embrollo.
El concepto de complementariedad de formas, tan importante en la complementariedad de roles y en los conceptos de vínculo y encuentro, es también fundamental para el axiodrama. Una verdadera forma implica la complementariedad entre sus componentes. En la búsqueda de un mas alto nivel de perfección en la composición axiológica de una forma dada, el tipo no consumado, necesita de una cierta complementariedad para obtener todo su valor. Lo mismo ocurre en el desarrollo del niño, con la complementariedad que le ofrecen los padres y hermanos como yo-auxiliares primitivos. Lo mismo ocurre con el estado de espontaneidad de una persona, "dirigido hacia", convocando el estado de espontaneidad de otra persona. Las teorias mas naturalistas del valor, como la de Köhler, hacen de la noción de "lo que se requiere" sinónimo de valor. En la escena psicodramática vista desde la perspectiva de los roles psicosomáticos y de la estructuración sociogenética, lo principal es conducir la escena hasta tal punto de convergencia y complementariedad tales que los elementos de la "zona" tratada se estructuren con unas formas dramáticas que "requieran" una "focalización" instantánea para lograr completar lo faltante, realizar intencionalmente el valor requerido, jugar-crear el nuevo rol necesario para el crecimiento sociogenético y reparar el modelo psicosomático implicado en el rol disfuncional que desbarraba. La escena y el conflicto dramático emanan un "lo que se requiere" para su resolución axiológica.
Los valores tienden a oponerse unos a otros por su caracter normativo ya que obligan al agente a elegir. Las elecciones y rechazos entre individuos para determinado criterio sociométrico, mas allá de sus aspectos transferenciales y de percepción télica, implican la elección de un determinado valor, y el rechazo o sacrificio de otros valores que se le oponen. Todos los conflictos entre individuos no son conflictos de valores, pues los individuos que se han elegido, al adoptar el mismo valor ideal luchan tanto o más, aunque frecuentemente esta especialización axiológica produce cohesión y aumenta la fuerza de composición. Pero muchos conflictos entre individuos son claramente de esencia axiológica y son los más trágicos, porque entonces el compromiso existente en el vínculo, aparece no como un deber sino como una traición o una vileza. En los conflictos entre valores, las oposiciones de normatividad pueden ser interpretados como no esenciales, como dependiendo sólamente de la imperfección de los agentes. En los hechos sociales la emancipación y la especificación pueden ser fases seguidas por otras fases de integración. Valores aparentemente incompatibles pueden estar integrados en un sistema jerarquizado y ser actuados por el agente en una suerte de "disociación operativa" de los roles jugados. Como se verá al analizar las distintas teorias del valor, existen dos tendencias básicas, la primera consistente en tratar de reducir los valores a un valor mas fundamental y la segunda reconoce los contrastes y conflictos entre valores como una situación resultante de nuestra torpeza, escaso desarrollo sociogenético y psicogenético. Desde luego es notable en toda sesión axiodramática, que los valores se oponen entre sí tanto más cuanto más groseramente son interpretados. Los elementos arbitrarios abundan en los campos axiológicos de débil composición. Son las formas supersticiosas de la religión y las formas dogmáticas de la ciencia las que entran en conflicto; es el clericalismo integrista más que el espíritu religioso, el que hace sombra al poder temporal; son las formas primitivas y groseras de la industria las que afean la vida; es la libertad de egoismos y voluntades de dominio la que es antinómica a la igualdad; es la patriotería y no el patriotismo el que es hostil al amor de la humanidad; son las conservas culturales estereotipadas las que exigen el sacrificio de la verdad; son los restos de actitudes infantiles deformadas las que introducen disfuncionalidad en los roles de mantenimiento y de tarea en el grupo adulto.
El progreso es casi siempre una conciliación de lo que parecía inconciliable, una coyuntura encontrada. En el axiodrama prima el saber que dos valores incompatibles, al profundizarse y evolucionar se aproximan. Dos valores así "profundizados" no solo llegan a ser conciliables, sino que se sirven mutuamente. Hace setenta años, era impensable conciliar, en un automóvil, valores de economía, rapidez, comodidad y estética. Hoy en día nos resulta aún chocante y difícil la conciliación, en la mujer, de valores como emancipación y maternidad, pero llegará el día en que esto se logre plenamente. En el individuo, suavidad y firmeza, pueden servirse mutuamente en lugar de destruirse. En los vínculos, la realización de uno, en lugar de exigir el sacrificio del otro, pide por el contrario vitalidad y espontaneidad en el otro como yo-auxiliar indispensable. La singularidad individual no florece sino dentro de una especificación grupal bien concordada. Aquel que quiso aplastar a sus adversarios, está obligado a levantarlos él mismo de sus ruinas, para restablecer un equilibrio roto. Los valores que se aislan, se especifican y quieren ser absolutamente puros, se marchitan. En el axiodrama, la conciliación de valores previamente antagónicos es siempre un "encuentro", una creación, a veces genial, en todo caso inesperada por su carácter de "novedad", ya que no existía antes de ser realizada. Toda creación es conciliación y toda conciliación es creación. La resolución de un conflicto exige trasladarse a un tipo lógico superior. Es imposible hacer cuatro triangulos equiláteros con seis cerillas mientras el sujeto se obstine en pensar en un espacio de dos dimensiones sin pensar en la tercera dimensión. Cuando en Sociodrama introducimos juegos cooperativos tales como los juegos malabares de intercambio, estamos instando a los individuos a descentralizarse intelectual y moralmente del conflicto que supone el juego competitivo. La intencionalidad ahora no es ya ganar, sino mantener los objetos en el aire el mayor tiempo posible. Esta creación modifica el campo axiológico al resolver un conflicto entre valores y entre individuos. Sin embargo, no todos los conflictos de valores pueden ser resueltos. El ideal unitario, la fe en la conciliación de todos los valores, no deja de ser una utopia. Sin embargo, con el desarrollo sociogenético, se logra una variedad de valores y de formas integradas en un todo unitario que no es un retorno a las etapas de sincretismo grupal donde lo unitario era un totalitarismo indiferenciado con pretensión de unidad. La diferenciación y organización del psiquismo de los individuos, así como la creación de climas de elevado nivel sociogenético con formas sociométricas complejas y gran variedad de roles de tarea y mantenimiento donde integrarse, favorece la posibilidad de una conciliación mas elaborada de valores.
Hay que distinguir en el concepto de acción dramática su fundamento axiológico de su causa natural. La acción puede responder a una simple necesidad etológica natural y al mismo tiempo tener una intención, ser una forma que se dirige hacia un valor columbrado como cuando se está en curso de construir algo y por tanto el ordenamiento de las "piezas", de los elementos de la "zona", deja entrever el valor hacia el que se dirigen los hechos con mayor o menor fortuna. En axiodrama se trata de destacar esta intencionalidad de los hechos, se reencuentra la necesidad de incluir la axiología o al menos la acción en los hechos. Es el protagonista buscando lo verdadero y valorizando, al tomar conciencia de sus actos inmediatos, el que adopta una nueva creencia en un "ideal a lograr" mediante la creatividad y el trabajo. En el axiodrama, la acción es la mejor prueba de una creencia o de una valoración implícita así como la verdadera creencia se traduce siempre en accion. La creencia axiológica implica un riesgo. Acepta que los hechos, provisional o indefinidamente no sean conforme al ideal en el cual se cree. Creer en alguien es siempre darle crédito. Dándole crédito al otro, se lo revaloriza. Una vez establecida la creencia, después del incómodo estado de duda en el que se sumerge el sujeto al haber abandonado la anterior creencia, ya no se puede regresar a la anterior creencia, pues se ha visto un nuevo universo. El yo-auxiliar, en el axiodrama, representa la duda, hace dudar al protagonista, lo impulsa a reequilibrarse adoptando una nueva creencia, fijándola.
Una vez fijada la creencia, aparece un sentimiento de "debería". Este debería puede confundirse, visto desde fuera, con los efectos del deseo o la preferencia. Pero para el protagonista, inmerso en la experiencia inmediata, este "debería" es absolutamente específico. En el axiodrama , el valor advertido en las formas dramáticas de la acción en curso, ejerce una atracción sobre el protagonista, a pesar de las inhibiciones y defensas debidas a condicionamientos, canalizaciones o resentimientos reactivos. Igualmente, cuando la idea o el ideal no es simplemente correctora, cuando la experiencia emocional no es solo correctora, sino inspiradora, esta idea-ideal, esta experiencia emocional no es separable de un sentimiento de "debería". Al descubrir un nuevo rol que permitirá desarrollar una vocación potencial, el protagonista se entusiasma, pero sabe bien que no puede simplemente dejarse atraer pues es entonces cuando comienza un camino de desarrollo, lleno de deberes y dificultades que asumir. Al establecerse un nuevo valor y su consiguiente "debería", no hay que confundirlo con el sentimiento de obligación moral, ya que las obligaciones de un valor, si bien se oponen al deseo y a la libertad absoluta, no tienen nada de apremiante, nada de presión. En la acción axiodramática, cuando el protagonsita o el antagonista muestran una excesiva urgencia en determinada unidad de acción, es signo de que le está dando prioridad a su deseo oculto a expensas de realizar el valor que está demandando la estructura dramática.
La actividad axiológica del organismo es una prolongación de su actividad orgánica, órgano-formadora. Es selectiva, tentativa e instrumental. El agente y la actividad no pueden ser separados. El "cogito" cartesiano no es ontológico, sino axiológico. La actividad axiológica no es un funcionamiento según una estructura preestablecida, metodológica, sino que es más bien un método en el sentido de ayuda a la estrategia del sujeto, en base a actos conscientes y orientados al logro de un buen resultado. El organismo se desplaza hacia su finalidad a través de los estímulos y los obstáculos. La actividad axiológica posee una unidad propia. Puede tener fases distintas, entrañar actos secundarios que el axiodrama podrá mostrarnos en cada unidad de acción dramática, pero siempre estarán estos actos acordados temáticamente con el "sentido general" de la actividad. La actividad axiodramática es teleológica, finalista y no puede dividirse en trozos arbitrarios. Contiene un cierto dominio espacial y temporal. En axiodrama comprobamos que determinada actividad axiológica puede requerir una multiplicidad de agentes actuando simultáneamente. Muchos valores necesitan de la acción colectiva para ser realizados.
El problema a resolver por el axiodrama es aquel de la dislocación entre agente y actividad cuando un valor determinado exige una multiplicidad coordinada de agentes para ser realizado. Estos agentes múltiples, aun cuando elementamente conscientes de una fase significativa de la actividad global en la cual participan, son inconscientes del sentido total de esta actividad. El axiodrama aporta técnicas específicas para resolver esta dificultad cuando se trabaja en sociodrama con grupos naturales de nivel sociogenético bajo.
La actividad axiológica exige conciencia y subjetividad, es decir autopresencia de la forma y de la acción en ella misma, no sólamente en su unidad de acción dramática, sino en su significado.
La actividad axiológica se caracteriza por ser finalista, apuntando a un valor intemporal que resulta eficaz sobre el desarrollo de las fases de la acción. En la acción axiológica, la libertad-espontaneidad se convierte, una vez efectuada la elección, en libertad-actividad, estando esa actividad dirigida hacia un valor ideal determinado.
La actividad axiológica es epigenética e inventiva puesto que es formación y estructuración. Los valores logrados dan forma y estructura a los roles que sustentan. Lo que se inventa son los medios de realización del valor ideal. Este valor es transcendente, puede ser alcanzado pero no es una cualidad estrictamente proporcion al carácter intrínseco de los actos. La incertidumbre sobre si tales acciones llevarán o no al logro del valor buscado, producen en el protagonista una inquietud extenuante. Esta inquietud pesa y en ocasiones el protagonista se rebela. Habría entonces que distinguir entre rebelarse contra la conserva cultural esclerosada, contra la "razón constituida", rebelión ésta necesaria para continuar el proceso de búsqueda espontáneo-creadora, y la rebelión-resistencia contra la "Razón constituyente", contra la transcendencia del valor. Esta última sería una actitud transferencial, infantil, en la que el sujeto cree que destronando al padre, a un padre cualquiera, se podría liberar de la transcendencia de los valores relativos a la actividad.
El axiodrama, al emplear métodos psicodramáticos basados en la creatividad-espontaneidad, trata de minimizar el efecto de esa inquietud, ayudando a colocarse al sujeto en el lugar del artista creador, que se pone a sí mismo, por su trabajo, en estado de recibir la inspiración, el valor transcendente. Para ello debe abandonar momentáneamente su individualidad disfuncional y efectuar una solicitud, una llamada hacia ese valor, esa forma que vendrá a complementarlo cerrando la constelación incompleta y produciendo el encuentro, el efecto buscado.
El axiodrama pretende ayudar al progreso de una cultura dada multiplicando los valores específicos a partir de un estado axiológico mas indiferenciado donde domina el carácter mítico. Los mitos sociales, familiares o grupales son polivalentes pues encierran en sí mismos, en estado de prototipo y de arquetipo, unos valores que se han de diferenciar progresivamente. El protagonista de axiodrama, en el papel de "héroe", trae a su mundo el sentido de un nuevo valor hasta entonces confundido con otros. Se pretente que el hombre deje de ser grosero y sea capaz de utilizar simultáneamente varias dimensiones para juzgar las cosas. La invención de valores es incesante en un proceso en el que todo el grupo humano es experimentador.
Moreno proponía la abolición de todos los medios en el sentido de que todo medio es un obstáculo y que cuando todos éstos quedan abolidos se produce el encuentro. Para él, la tercera revolución social, después de la economía y la psicología, se inicia con una "nueva situación en nuestro sistema de valores, con un énfasis especial en la supervivencia del hombre, no en cuanto animal, sino en cuanto creador". La intención axiológica de Moreno y su alejamiento de la fatalidad, suponen la elección de la acción como instrumento técnico. Moreno busca en el axiodrama revelar los valores intrínsecos que pueden desempeñar el papel de fin que se justifica por sí mismo, desechando los valores instrumentales que aparecen frecuentemente con un carácter de necesidad desagradable. Para Moreno, hay algo de escandaloso en el hecho de considerar los valores intrínsecos de las personas o los valores espirituales como medios. A su espíritu esteta y religioso le choca el empleo del arte en la propaganda o el empleo de la religión como medio para reforzar el orden y la seguridad de una sociedad. Los valores-medios deben estar subordinados a los valores-fines para no caer en la ineficiencia y la debilidad propias del maquiavelismo. El dominio de los valores instrumentales, de los valores-medios, se sitúa en el orden del poder en general, del poder que inspira miedo. El poder político y económico que se transmite en las familias a través de la figura del "Padre-Patriarca", facilita una educación de los hijos basada no en sus intereses personales, sino en el miedo a la represión. Es por esto que el hombre presenta una tendencia a sobreestimar los valores instrumentales: el dinero, los medios técnicos y políticos. Distinguir en la práctica los valores-fines de los valores-medios, no es fácil, pues la técnica empleada puede modificar los fines mismos, a través de modificar la estructura de la actividad, el organismo individual, y por tanto la forma temática y la conciencia correspondiente. La conciencia no percibe el valor-fin sino vagamente.
Para Moreno, el Psicodrama es un método de investigación de la verdad, y la investigación de lo verdadero tiene carácter axiológico. En el axiodrama, la verdad trasciende los esfuerzos individuales, guiándoles; es universal y se impone a pesar de los gustos y preferencias. Se trata de que el individuo pueda decir: "Me veo forzado a concluir que..." aun en contra de sus preferencias. En el axiodrama, la verdad da el sentimiento del "debería ser", suscita las vocaciones de los roles potenciales, las abnegaciones, los heroismos y no se encuentra sino al precio de un trabajo dirigido según reglas de método precisas. La verdad exige un esfuerzo de invención neogenética. La verdad implica un agente buscando una forma para apuntar a un ideal. El protagonista del axiodrama apunta hacia la esencia ideal mediante la forma actual que trata de constituir. La verdad en el axiodrama, está siempre constituida por el acto de un sujeto, un sujeto que se muestra asertivo en su acción, que tiene una intención activa al afirmar una verdad nueva sobre los hechos existentes. La verdad se revela en la actividad misma.
En axiología, las relaciones generales entre los distintos órdenes de valores, dan lugar a leyes muy interesantes, con frecuencia antinómicas en apariencia. La Ley del Paralelismo Formal nos dice que no se puede trabajar axiodramáticamente sobre los valores sin encontrarlos. Existe un paralelismo entre la ética y la estética, entre la aprehensión de diferencias por el intelecto y la posición de preferencias por la sensibilidad y el querer. En axiodrama existe un paralelismo entre los valores y las cualidades físicas de la imágen icónica. La constancia, la complementariedad, el contraste simultáneo o consecutivo, se dan tanto en los valores como en las formas plásticas creadas en la acción axiodramática. La Ley de Especificidad Dimensional nos dice que siendo específicos los valores, se deben emplear muchas dimensiones para representar un hecho polivalente. Una obra de arte puede tener un valor estético, otro político, otro económico, etc... La Ley de Combinaciones nos dice que la mezcla de valores es un principio de novedad e invención. Las invenciones se originan con frecuencia en regiones fronterizas.
La Ley de Proyección nos dice que cuando la combinación de valores resulta imposible, cuando en el trabajo axiodramático la conciliación de valores es difícil, un valor puede ser transportado o proyectado sobre el plano de otro orden de valores. Se produce un efecto de reducción entonces. La proyección de ese valor puede iluminar el campo axiológico, pero si la proyección es burda y torpe, producirá un efecto cómico, superficial. Axiodramáticamente deberá profundizarse en un mismo estado afectivo, como se hace en la tragedia, antes de efectuar la proyección de un valor de un orden a otro. Solo así se evitará el efecto cómico de superficialidad.
La Ley de Continencia Recíproca nos dice que es imposible definir un valor específico bajo una forma absolutamente pura, es decir, sin pedir nada prestado para "llenar" esa forma con otros valores. En el axiodrama comprobamos como unos valores aparecen como formas sobre las que se vuelcan otros valores como contenidos para poder crear nuevas formas-valores sobre las que volcar nuevos contenidos-valores y así sucesivamente. Los valores producidos tienden a expresar alguna otra cosa.
La Ley de Especificación Recíproca nos dice que las variedades de un valor dado, están siempre determinadas por cruzamiento con otros valores. Tomando como ejemplo el valor Justicia, si la definimos como "A cada uno la misma cosa" la cruzamos con el valor lógica matemática; si la definimos como "a cada uno según sus méritos" la cruzamos con el valor religioso; si la definimos como "a cada uno según sus obras" la cruzamos con el valor económico; si la definimos como "a cada uno según sus necesidades" la cruzamos con el valor caridad; si la definimos como "a cada uno según lo que la ley le atribuye" la cruzamos con el valor jurídico; si la definimos como "a cada uno según su status sociométrico la cruzamos con el valor sociometría. El valor Justicia, para no estar vacio, para aplicarse de forma concreta, tiene que especificarse por los otros valores.
La Ley de Armonización nos dice que en la escena axiodramática, un valor no vale verdaderamente si no está armonizado con todos los otros valores de la vida individual y social del grupo.
Veamos ahora un resumen de las numerosas Teorías del Valor según las distintas visiones filosóficas del mundo:
TEORÍAS DEL VALOR
1. TEORIAS NATURALISTAS: Consideran la realidad de los hechos naturales ligados por causalidad.
a) Bentham. HEDONISMO - UTILITARISMO:
b) Hobbes y la AXIOLOGIA MECANICISTA:
- "Es bueno aquello que apetecemos" (3 primeros libros de ética).
- "La perfección como acción racional" (4º libro de ética).
c) Freud y la AXIOLOGIA DINAMICISTA:
d) AXIOLOGIA DEL MATERIALISMO HISTORICO:
e) AXIOLOGIA CONCLUIDA DE LAS LEYES FISICAS:
f) La AXIOLOGIA DE KÖHLER:
Críticas posibles a Köhler:
2. TEORIAS NATURALISTAS DEL AGENTE: Valor definido a partir de la actividad del agente como fenómeno natural, psicológico y social.
A) TEORIAS PSICOLOGISTAS: La tendencia o el sentimiento de simpatía o aprobación del sujeto es lo que confiere valor al objeto. Todo valor es "valor para alguien".
a) Moralistas del siglo XVIII:
b) Schopenhauer:
c) Nietzsche:
d) Kantianos heterodoxos (Herbart, Lotze, Deneck):
e) Meinong:
f) Von Ehrenfels:
g) Müller - Freienfels:
h) El Psicologismo Pragmatista. R.B. Perry y J. Dewey:
B) TEORIAS SOCIOLOGISTAS: El psicologismo axiológico recurre a la sociología específica. Tanto Perry como Durkheim insisten en que la sociedad no es la mera suma de individuos, sino un todo original con propiedades especiales. Forman un sistema con individualidad propia con una estructura que persiste cuando sus constituyentes cambian (Perry). Estructura familiar (Perry). Sociedad como Contexto Social que modifica al individuo, pero no como sujeto o agente axiológico. Se acomodan más a la sociología formalista alemana o americana (Simmel, Von Wiese, etc.).
a) Durkheim:
b) Los Sociólogos Formalistas (Simmel, Vierkandt, T. Veblen, Urban, Tennant):
3. TEORIAS NO NATURALISTAS DEL AGENTE: Todo valor está determinado por el acto y por el juicio mismo del agente. El agente es un espíritu juzgante, no es un fenómeno de la naturaleza. El agente no tiene que confrontarse con otros agentes para que nazca un valor. Juzga como espíritu y no como individuo. Está en comunidad ideal con todo espíritu.
a) Kant:
b) Escuela de Marburg (Cohen, Natrop, Cassier):
c) L. Brunschwicg:
d) Dupreel y la Escuela de Bruselas:
e) La Axiología Existencialista:
4. TEORIAS REALISTAS
a) Teorias Neorrealistas y el Valor como cualidad terciaria:
b) El semirrealismo de la escuela de Baden:
c) La Axiología Fenomenológica:
d) El Realismo Monista:
5. LAS TEORIAS DEL VALOR COMO "PARTICIPACION ACTIVA"
CONSIDERACIONES FINALES
Las teorías del valor como actividad participante parecen mas cercanas al método axiodramático como ayuda a la actualización de valores en los protagonistas.
La física y la bioquímica modernas nos muestran una realidad como procesos de formación activa y en ello la ciencia se aproxima a la axiología.
En el axiodrama vemos como los nuevos valores emergen a cada instante en una invención continua. El método anima a la participación activa. Los organismos en desenvolvimiento se convierten en agentes en participación.
El axiodrama nos muestra los diferentes modos de realización del valor y las diferentes envergaduras de los Ideales. Las formas se renuevan en cada ontogénesis, al tiempo que actualizan un tipo determinado.
Los valores se muestran eficaces en contra de los hechos, las causas, los funcionamientos y la inercia de la materia.
En el Axiodrama las fuerzas axiológicas nacen de la integración en relevos de fuerzas hechas convergentes por fusión de individualidades.
El Axiodrama pretende ayudar a los grupos humanos a encontrar y actualizar los valores al fomentar una actividad participante. Para ello se vale de diferentes instrumentaciones técnicas, que aunque específicamente orientadas al campo axiológico, provienen del tronco general del método psicodramático.
Entre las técnicas mas comunmente utilizadas están los Juegos Dramáticos de Conflicto Dramático, de Confrontación de Valores, de Creencia y Duda; Juegos del "Debería", de Descomposición de la Escena en Unidades de acción mientras se mantiene el sentido general; Juegos Dramáticos de Niveles
Sociogenéticos, de Roles de Tarea y Mantenimiento; Escenas sobre el sentido total de un proyecto; Juegos de Estructuración Sociométrica Situacional; Juegos de Integración Grupal y conciliación de valores; Juegos de Improvisación en un contexto dado, etc. etc.
Pueden reinventarse muchos procedimientos técnicos. Lo importante es que el Director de Axiodrama está inmerso en el campo axiológico y por tanto su intención le lleva a actualizar un valor de ayuda a encontrar, desarrollar y crear valores con el grupo con el que trabaja.
BIBLIOGRAFÍA